Factores externos de la Celiaquía

Factores externos independientes del componente genético

Está ampliamente reconocido a nivel científico que la celiaquía es una enfermedad de alto componente genético, es decir, que sólo las personas con determinados genes pueden contraerla. En lo que no hay acuerdo a nivel científico es que una serie de factores considerados externos, o sea distintos de los genéticos, pueden influir en el desarrollo de la enfermedad celíaca.

Partiendo de la definición de la celiaquía como una reacción al gluten producida en el sistema inmunológico del intestino en individuos que tienen cierto tipo de genes, no podemos olvidar que hay algunos factores que pueden provocar o retrasar la aparición de la enfermedad celíaca en esos individuos genéticamente predispuestos. La ciencia ha ido evolucionando y estudios más recientes han desmentido anteriores estudios respecto a la importancia de la lactancia materna y la cantidad de gluten que podían ingerir los niños al iniciar a consumir gluten.

La cantidad de gluten que se da a los bebés

La cantidad de gluten que se les dá los bebés en riesgo de contraer la enfermedad celíaca puede influir en si realmente contraen la enfermedad, lo que lleva al Centro de Enfermedad Celíaca de la Universidad de Chicago a recomendar nuevas pautas para la alimentación de estos bebés.

Las directrices dicen que los bebés en riesgo deben comer menos de 5 gramos de alimentos que contengan gluten de promedio por día, comenzando cuando se introduce el alimento a un bebé de 4 a 6 meses y continuando hasta los 2 años. Esto equivale a menos de 30gr de pasta o una rebanada de pan, según el Dr. Stefano Guandalini del centro de investigación sobre el gluten de la universidad de Chicago.

Se considera que los niños están en riesgo de padecer enfermedad celíaca si tienen un miembro de la familia de primer grado, ya sea uno de sus padres o un hermano, que padece la enfermedad celíaca. Un recién nacido que ha sido examinado y se ha descubierto que tiene los genes asociados con la enfermedad celíaca, HLA-DQ 2.5 o HLA-DQ8, también estaría en riesgo, según Guandalini.

Dar a los niños más frutas y verduras

Sobre los factores externos de la celiaquía, además de limitar los alimentos que contienen gluten, las directrices recomiendan que los niños de esta «población vulnerable» adopten una dieta saludable y mediterránea durante los dos primeros años, que son cruciales. La dieta mediterránea se basa principalmente en alimentos de origen vegetal, como las frutas y verduras, las legumbres y los frutos secos. Los granos enteros saludables también son clave.

Las recomendaciones se basan en seis estudios realizados entre 2014 y 2018 con respecto a la alimentación de los bebés que están en riesgo de padecer enfermedad celíaca. El estudio más reciente analizó los patrones dietéticos de los niños pequeños en los Países Bajos y encontró que el alto consumo de verduras y granos y el bajo consumo de cereales refinados y bebidas dulces estaban asociados con menores probabilidades de enfermedad celíaca.

«Por lo tanto, los patrones dietéticos en los primeros años de vida podrían estar implicados en el desarrollo de la enfermedad celíaca durante la infancia», concluyó el estudio, publicado en la revista Gastroenterology.

Evolución de los conocimientos

Anteriormente, se pensaba que el momento preciso de la introducción del gluten en la dieta de los lactantes en riesgo y la lactancia materna tenía efectos protectores, pero las investigaciones en curso refutaron ambas teorías. «Como sucede a veces en la ciencia, los nuevos estudios refutan lo viejo y nuestro conocimiento cambia y evoluciona», escribió Guandalini. «En este caso, a través de un gran número de estudios prospectivos, descubrimos que nuestras viejas suposiciones sobre la alimentación de los lactantes eran en gran medida inexactas y que se necesitan nuevas recomendaciones de alimentación».

El Centro de Investigación y Tratamiento de Celíacos del Hospital General Infantil de Mass aconseja a los padres que introduzcan alimentos que contengan gluten a los bebés en riesgo al mismo tiempo que los alimentos sólidos, generalmente cuando el bebé tiene alrededor de 4 meses de edad. El importe no se especifica.

En un documento de posición de 2016, la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) recomendó que se desaliente el consumo de grandes cantidades de gluten durante los primeros meses después de la introducción del gluten en la dieta de un bebé en riesgo. La recomendación fue condicional, anotó el artículo, porque las pruebas con respecto a la asociación con la reducción del riesgo de enfermedad celíaca eran limitadas y se necesitaban más estudios.

Al escribir sobre las nuevas directrices de alimentación de la Universidad de Chicago, Guandalini señaló que el riesgo general de que un niño desarrolle enfermedad celíaca es pequeño. Uno de cada ocho bebés de sexo femenino y uno de cada 13 bebés de sexo masculino con un padre que tiene enfermedad celíaca desarrollará enfermedad celíaca en algún momento de sus vidas. Seguir las nuevas directrices de alimentación podría reducir el riesgo «aún más», escribió.

Puede encontrar más información sobre el estudio más reciente acerca de la asociación entre la dieta y la enfermedad celíaca en los niños aquí. Y puedes leer el boletín de noticias Impact de la Universidad de Chicago aquí.

Este artículo complementa uno que publicamos con anterioridad en nuestro blog, que hace una introduccón al tema del efecto de la lactancia materna.  Puedes verlo aquí