Roxana M.

Ya de pequeña, desde bebé, he tenido problemas de alimentación. Era muy delgada, no comía nada y siempre tenía anemia. Lo pasaba fatal en las celebraciones y cumpleaños porque me obligaban a comer tarta y pasteles que no me gustaban nada y me sentaban fatal.

Desde entonces me recuerdo siempre con cólicos intestinales y el vientre inflamado.

He vivido así prácticamente toda mi vida, los médicos me dijeron que era colon irritable y que no se podía hacer nada.

En 2008, tras un periodo muy estresante en el trabajo, los síntomas empeoraron y todo lo que comía me sentaba mal. Me subieron las transaminasas y siempre estaba cansada.

Fui a una doctora kinesiologa y me dijo que el gluten no me sentaba bien, se lo comenté a mi doctora y a partir de ahí me hicieron las pruebas y me diagnosticaron la celiaquía.

Me siento mucho mejor desde que estoy con la dieta sin gluten. Tengo más energía y ya no estoy siempre fatigada y agotada. Aun así mi intestino no se ha recuperado del todo en estos siete años de dieta sin gluten. Sigo teniendo que tener mucho cuidado con la alimentación y no solamente con el gluten, los médicos piensan que la falta de fibra soluble ha hecho que aparezcan bacterias y me están tratando con antibióticos.

Tengo que evitar azúcares y algunas frutas como las manzanas, que sólo puedo comer cocinadas porque crudas no las digiero por la fructosa.

Imagino que esto es consecuencia de tantos años de comer gluten sin saber que era celíaca, por eso creo que es tan importante un diagnóstico precoz. Si tu médico no te hace mucho caso y tu te sientes mal comiendo gluten, busca una segunda opinión,no te conformes.